Mercedes González Sanmamed, Universidade da Coruña (España)
Fábio Freitas, Politécnico de Leiria (Portugal)
António Pedro Costa, Universidad de Aveiro (Portugal)
Texto original, en portugués, publicado en la Revista Lusófona de Educação:
Costa, A. P., Freitas, F., & Sanmamed, M. G. (2021). Investigação Qualitativa: Diferentes abordagens em Educação. Revista Lusófona de Educação, 51, 93–98. https://doi.org/10.24140/issn.1645-7250.rle51.06
Las preguntas sobre qué se entiende por conocimiento científico, cómo generarlo y validarlo, así como su finalidad y utilidad, resultan claves en el desarrollo de la investigación en cualquier área. En el campo de las Ciencias Sociales y, particularmente, en el ámbito de la Educación, las respuestas a estas y otras cuestiones relacionadas con los aspectos ontológicos, epistemológicos y metodológicos de la investigación, han originado importantes controversias en el seno de las comunidades científicas y suscitado distintas tradiciones de indagación cuyo análisis permite comprender las posiciones de partida y la evolución experimentada gracias a la confluencia de aportaciones y la apertura a nuevos espacios de reflexión.
Resulta de interés recordar que, desde mediados del siglo XIX, dos han sido los temas que han encendido y alimentado el debate epistemológico que ha llegado, bajo distintas formulaciones y con diversas implicaciones, hasta nuestros días: la cuestión de la búsqueda de un único método científico que sería común a todas las disciplinas y que permitiría explicaciones válidas de cualquier objeto de estudio y, en íntima relación con lo anterior, el rechazo a la primacía de la corriente positivista a partir del denominado “giro hermenéutico” amparado por diversos movimientos que surgen a partir de los análisis marxistas y los planteamientos filosóficos y sociológicos críticos.
A partir del cuestionamiento de la tradición positivista de la ciencia, y bajo la perspectiva interpretativo-hermenéutica, se asume que la realidad social se construye y posee una estructura de significados que es preciso comprender desde la mediación histórica de sus efectos. El significado tiene un carácter profundamente personal y subjetivo, y se vincula con lo social a través de conexiones intersubjetivas e interpretaciones cambiantes, construidas y negociadas en cada contexto, reconociendo la multiplicidad de métodos para comprender la realidad y rechazando la pretensión de ciencia unitaria basada en el empirismo. Se rechaza la pretendida objetividad del lenguaje que describe los hechos, interesándose por desvelar los mecanismos específicos a través de los que cada persona crea y mantiene sus propias visiones y su significación subjetiva. Así, la orientación interpretativa da paso a nuevos formatos de investigación y de construcción de conocimiento y, sobre todo, alumbra la posibilidad de reconocer un espacio propio de indagación y una manera específica de crear, difundir y utilizar el conocimiento científico.
Pero, además de la disputa entre la corriente positivista e interpretativa, los años setenta fueron especialmente cruciales en la gestación de otros movimientos y corrientes que promoverán la crítica al positivismo desde diversos ángulos en función de su apoyatura en análisis sociológicos, filosóficos, antropológicos, económicos y/o culturales de los que se toman prestados conceptos como ideología, poder, reproducción o resistencia para revisar el statu quo existente y vislumbrar otros sistemas de construcción de conocimiento que darán paso a nuevas estructuras conceptuales que promoverán formas alternativas de pensar e investigar las diversas realidades sometidas a estudio. Así, al amparo del debate que impulsa el postmodernismo, y frente a las metanarrativas universales del razonamiento ilustrado, se aboga por una pluralidad de discursos, de verdades y de comportamientos, primando la importancia de lo local, la deconstrucción y la centralidad de los análisis.
En el marco de las discusiones postmodernas y, concretamente, en el análisis acerca de cómo se produce y se expande el conocimiento, surgen los debates alrededor del eurocentrismo y el colonialismo, el postcolonialismo, las ecologías de saberes y las sociologías de las ausencias, a través de los que se desarrollan diversas perspectivas con las que se pretende revalorizar las voces hasta ahora silenciadas y se reconoce el carácter ideológico, político y cultural de cualquier indagación.
En definitiva, más allá de la liberación de los estándares de la concepción positivista y postpositivista de la cientificidad y de las preocupaciones surgidas al amparo de las nuevas construcciones epistemológicas derivadas de la hermenéutica y la teoría crítica, se ha ido asentando la pertinencia de prestar atención al propio objeto de estudio y a su contexto particular, apostando por la idiosincrasia de la teorización a través de modos y espacios particulares. Las miradas se dirigen entonces hacia el tipo de conocimiento que poseemos y necesitamos en el campo educativo en el que trabajamos, cómo se obtiene -obtenemos- ese conocimiento, qué justificaciones epistemológicas lo sustentan y cuál puede ser su vinculación con el objeto de conocimiento, es decir, cómo se resuelven las tensiones entre la dimensión descriptiva (para explicar y comprender cómo acontecen los fenómenos educativos) y normativa (para guiar y prescribir dicha práctica educativa en aras del logro de unos propósitos). Este doble eje -relativo a conocer e intervenir- constituye un reto importante al ser los problemas educativos no sólo teóricos sino también prácticos, y reclamar elección y acción en situaciones complejas, inciertas y únicas.
Estos son algunos de los dilemas que enfrenta la investigación educativa y que ha provocado la búsqueda continua de nuevos formatos de racionalidad de tipo deliberativa desde los que promover relaciones dialécticas entre el conocimiento y el objeto conocido, entre la producción de ese conocimiento y su utilización, de manera que se sacien los requerimientos de los ámbitos socioprofesionales y político-administrativos.
En esta línea, en las sucesivas ediciones del Congreso Ibero-Americano en Investigación Cualitativa (ciaiq.ludomedia.org) se ha propiciado un espacio de encuentro, debate e intercambio de trabajos realizados bajo la óptica cualitativa que permite a los investigadores e investigadoras conocer el avance de los estudios que se están desarrollando y las perspectivas metodológicas implementadas para indagar y apropiarse de los saberes necesarios para la mejora continua de los procesos educativos.
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