Orígenes y evolución de la Investigación Cualitativa en Educación

Orígenes y evolución de la Investigación Cualitativa en Educación

Evolucion Investigacion Cualitativa Educacion

Cruz Sánchez
Universidad de Salamanca, Espanha

Texto publicado originalmente en Sánchez, C. (2019). Orígenes y evolución de la Investigación Cualitativa en Educación. In F. N. de Souza, D. N. de Souza, & A. P. Costa (Eds.), Investigação Qualitativa: Inovação, Dilemas e Desafios (Volume 2) (3a, pp. 41–74). Ludomedia

Sinopsis

En el capítulo realizaré un breve recorrido histórico sobre los orígenes y evolución de la investigación cualitativa en general y en España en particular. Procuraré transmitir información básica sobre la evolución de la metodología cualitativa en educación hasta la actualidad, desde las diferentes áreas que han conformado esta manera de entender la investigación en el campo de las Ciencias Sociales, sobre todo desde la Antropología y la Sociología.

Introducción

Todos los autores coinciden en señalar que el análisis de la evolución histórica de la investigación cualitativa no puede desligarse del estudio de otras Ciencias Sociales con las que tuvo una estrecha relación en sus orígenes, fundamentalmente la Sociología y la Antropología. Rodríguez Gómez y otros (1996) señalan que bajo el concepto de investigación cualitativa se engloban toda una serie de tendencias, enfoques y corrientes en la investigación, cada una con sus características diferenciales: estudio de campo, investigación naturalista, etnografía, etc. Otros autores señalan igualmente la amplitud de la investigación de carácter cualitativo (Serrano, 1994) en la que tiene cabida una gran variedad de métodos y corrientes. Entre ellos se pueden mencionar el estudio de casos, investigación-acción, antropología cognitiva, análisis de contenido, investigación dialógica, análisis conversacional, estudios “delphi”, investigación descriptiva, investigación directa, análisis del discurso, estudio de documentos, psicología ecológica, criticismo educativo, etnografía educativa, etnografía de la comunicación, etnometodología, etnociencia, hermenéutica, investigación heurística, investigación intensiva, evaluación interpretativa, estudios sobre biografías o historias de vida, investigación participante, evaluación cualitativa, interaccionismo simbólico, etc.

Para presentar esta evolución histórica de la metodología cualitativa, seguiremos las aportaciones de autores como Bogdan y Biklen (1982), Denzin y Lincoln (1994), Goetz y LeCompte (1988), Vidich y Lyman (1994). Son igualmente relevantes las revisiones efectuadas en nuestro país por Serrano (1994), Rodríguez Gómez y otros (1996), Sandín (2003) y Sánchez Gómez (2011).

Si bien todas las etapas históricas coinciden básicamente en la bibliografía revisada, no siempre coinciden la denominación de las mismas ni su ámbito temporal. Por ser de fácil visualización y de gran interés sintetizador, reproducimos a continuación el cuadro elaborado por Rodríguez  Gómez y otros (1996), sobre la cronología de la evolución histórica de la investigación cualitativa, recogiendo las aportaciones de Bodgan y Biklen (1982), Denzin y Lincoln (1994) y Vidich y Lyman (1994).

Evolución histórica de la investigación cualitativa
Figura 1 – Evolución histórica de la investigación cualitativa
Fuente: Rodríguez Gómez y otros (1996) y Sánchez Gómez, MC (2011)

Rodríguez Gómez y otros (1996) señalan que existe una evolución más o menos común en los autores influenciados por la disciplina de que parten (Antropología, Sociología, Psicología) o por el énfasis que pongan en unos aspectos u otros de la investigación. Por nuestra parte, desarrollaremos el tema sintetizando a continuación las principales aportaciones bibliográficas revisadas.

1.1 Desde los inicios hasta la Segunda Guerra Mundial. La Escuela de Chicago

Si bien hay consenso en señalar que la observación descriptiva, las entrevistas y otros métodos cualitativos son tan antiguos como la historia escrita (Taylor y Bodgan, 1986), lo cierto es que lo que ahora se denominan métodos cualitativos fueron empleados conscientemente en la investigación social sólo a partir de finales del siglo XIX.

Para esquematizar los orígenes de la investigación cualitativa, podríamos seguir a Montero (1984), que cifra en cuatro las grandes corrientes que se podrían considerar como antecedentes de la investigación cualitativa:

  • La corriente funcional-estructural de la antropología social británica
  • La corriente de cultura y personalización de la antropología cultural americana.
  • La corriente de lingüística antropológica, tal y como es representada por la sociolingüística y la etnociencia; y
  • La corriente de interacción simbólica (etnometodología) desarrollada por los sociólogos, lingüistas y fenomenólogos, cuyos fundamentos brotan de la noción de “grounded theory”, es decir, teoría que emerge de los hechos, de los datos, y que tiene relevancia y significado, además de contestar preguntas sobre el cómo y el porqué de ciertas situaciones y eventos. (p. 21)
En 1922, Malinowski revoluciona la antropología social con la publicación de su informe sobre Los argonautas del Pacífico Occidental

En 1922, Malinowski revoluciona la antropología social con la publicación de su informe sobre Los argonautas del Pacífico Occidental, convirtiéndose en el primer antropólogo profesional  que proporcionó una descripción de su enfoque investigativo y un cuadro del trabajo de campo. El investigador cambia el punto de observación, instalándose en medio de los poblados, entre el grupo estudiado. Adopta un enfoque descriptivo-interpretativo de la realidad, observa lo que ocurre día a día a las personas.

También en esta misma línea son importantes los trabajos de Margaret Mead, publicados en 1928 y 1930, sobre la escuela, como organización, y el papel del profesor, en sociedades menos tecnológicas. Las relaciones del niño dentro de la familia, los modelos de enseñanza-aprendizaje formales e informales, los roles o los mecanismos de transmisión cultural se estudiaron por esta antropóloga, pudiendo señalarse estas obras como una de las aportaciones más relevantes de la Antropología a la Educación.

En este periodo destacan, en el campo de la antropología de la educación trabajos clásicos, en los que se resalta el contexto cultural de los procesos educativos y el papel central de la antropología en el desarrollo de la teoría y la Investigación Educativa, así como en la formación del profesorado (Hewett, 1904; Montessori, 1913; Vanderwalker, 1898 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996).

Durante este periodo, la investigación cualitativa se interesaba en el otro, en el extranjero o el extraño, y en su descripción más o menos objetiva. Las culturas extranjeras eran el problema en Etnografía, y los que siguen un camino independiente dentro de la propia sociedad (outsider), en la Sociología. Este periodo, denominado tradicional (Denzin y Lincoln, 2000), se relaciona igualmente con la Escuela de Chicago.

Término que hace referencia al Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago (fundado en 1892), y que entre los años 1910 a 1940 contribuyó al desarrollo de los métodos cualitativos, a través de la publicación de numerosos trabajos, cuyo detalle se puede consultar en numerosas revisiones, entre las que destacan la de Bodgan y Bliken (1982) o la de Taylor y Bodgan (1986). Los primeros autores, citados por Sandín (2003), señalan dos características relevantes de la metodología de la Escuela de Chicago:

En sus estudios utilizaban datos recogidos a partir del contacto directo con la realidad y a través de fuentes de información de primera mano.

El estudio de la vida urbana en comunidades particulares adoptando una visión global de las mismas. Enfatizaron el estudio de la dimensión humana: la vida en las ciudades, problemas comunitarios, poblaciones marginadas,…

Los segundos autores afirman que  en la Escuela de Chicago, en el periodo de 1910 a 1940, se produjeron detallados estudios de observación participante sobre la vida urbana, ricas historias de vida de criminales y delincuentes juveniles o trabajos basados en documentos personales. De tal manera que, antes de la década de 1940, quienes se consideraban estudiosos de la sociedad ya estaban familiarizados con la observación participante, la entrevista en profundidad y los documentos personales.

Para Hernández Pina (2001), la escuela sociológica de Chicago no es que estuviese formada por un grupo homogéneo de investigadores, pero sí les unía el hecho de compartir idénticos supuestos teóricos y metodológicos. Teóricamente, descubrieron símbolos e individualidades en las interacciones sociales; metodológicamente se centraron en el estudio de casos.

1.2. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1970

Esta etapa coincide básicamente con los periodos de cambio social, de Bodgan y Bliken, o modernista, de Denzin y Lincoln, y está marcada por los intentos de formalizar la investigación cualitativa. Algunos autores denominan a esta etapa como fase de sistematización (Rodríguez Gómez y otros, 1996).

Si bien el interés en la metodología cualitativa declinó hacía el final de la década de 1940 y principios de la de 1950, con la preeminencia creciente de grandes teorías y de los métodos cuantitativos, desde la década de 1960 resurgió el empleo de los métodos cualitativos (Taylor y Bodgan, 1986). Estos autores revisan ampliamente este periodo, destacando numerosas aportaciones de esta época, desde estudios vigorosos y profundos basados en los métodos cualitativos (Becker, 1963; Goffman, 1961 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996), hasta monografías (Lofland, 1971, 1976; Schatzman y Strauss, 1973 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996) o compilaciones (Filstead, 1970; Glazer, 1972; McCall y Simmons, 1969 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996). También se publicaron libros que examinan los fundamentos filosóficos de la investigación cualitativa (Bruyn, 1966 citado por Rodríguez Gómez y otros, 1996), relacionan los métodos cualitativos con el desarrollo de la teoría (Glaser y Strauss, 1967 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996) y contienen relatos personales de las experiencias de los investigadores en el campo (Douglas, 1976; Johnson, 1975; Wax, 1971 citados por Rodríguez Gómez y otros, 1996), Sánchez Gómez (2011).

Se destacan igualmente, en las revisiones efectuadas (Rodríguez Gómez y otros, 1996), otras obras fundamentales en el intento de formalización de los métodos cualitativos, dentro de esta época de gran creatividad (Bodgan y Taylor, 1975).

Siguiendo a Hernández Pina (2001), podemos decir, reforzando lo anterior, que en la década de los sesenta se produce un nuevo resurgir de la metodología cualitativa al incorporarla los profesionales de la educación a sus investigaciones. Hasta esas fechas, los estudios cualitativos de aspectos educativos habían sido desarrollados por antropólogos o sociólogos. Y, desde entonces, los profesionales de la educación  manifestaron progresivamente su interés por la utilización de los métodos y estrategias cualitativas.

Se produce un cambio entre los investigadores de las ciencias de la educación, que se verá reflejado no sólo en el volumen de investigación realizada, sino también en la calidad de la misma. Según el autor precitado, en Estados Unidos se empiezan a librar fondos para proyectos de investigación no sólo cuantitativos sino también cualitativos. Esto hizo que los métodos etnográficos – básicamente cualitativos – tuviesen una gran aceptación, como ocurriera con el Project Trae (1963), uno de los proyectos federales más importantes diseñado para comprender los diferentes aspectos de la vida escolar en los centros urbanos. Sandín (2003) señala que una de las razones por las que la investigación cualitativa se vio impulsada fue el reconocimiento de que no existía una comprensión profunda acerca de cómo los estudiantes experimentaban la vida escolar. La perspectiva cualitativa, en este periodo, defiende y reconoce la visión de los más pobres, de los excluidos, enfatizando la comprensión de las perspectivas de todos los participantes. Se realizaron estudios cualitativos acerca de la vida en escuelas rurales y urbanas; sobre su relación con la comunidad; también estudios acerca de la visión de los padres, profesorado, dirección y miembros de la comunidad sobre la integración escolar y cuestiones étnicas.

Para Rodríguez Gómez y otros (1996),

la edad de oro de la investigación cualitativa refuerza la imagen de los investigadores cualitativos como románticos culturales: se valora a los marginados como héroes, se presta apoyo a los ideales emancipatorios; se colocan en una trágica y en ocasiones irónica perspectiva de la sociedad y de sí mismos, uniéndose a una larga lista de románticos culturales de izquierda que incluyen a Emerson, Marx, James, Dewey, Gramsci y Martin Luther King. (p.  30)

1.3  De 1970 a 1985: la diversidad

Ya hemos visto en el cuadro cómo esta etapa se denomina también como la de los géneros “imprecisos”, “desdibujados” o “borrosos”. Los autores citados en el párrafo anterior denominan a este periodo el del “pluralismo”.

En efecto, la revisión efectuada nos permite señalar que, al comienzo de esta época, los investigadores cualitativos disponen de una amplia variedad de paradigmas, métodos y estrategias de investigación. Las teorías incluían el interaccionismo simbólico, constructivismo, positivismo y postpositivismo, fenomenología, etnometodología, marxismo crítico, semiótica, estructuralismo, feminismo y varios enfoques étnicos y culturales. Existía también una gran variedad de métodos de investigación, como la teoría fundamentada, los métodos históricos y biográficos, la investigación clínica, el estudio de casos o la etnografía en la acción. También se dispone de diversas formas de recoger y analizar materiales empíricos, incluyendo la entrevista cualitativa, la observación, la visualización, la experiencia personal y los métodos documentales. Por último, se diversificaron las estrategias de recogida y almacenamiento de la información y las herramientas informáticas comenzaron a ser usadas en la organización de datos y análisis textual.

Esta etapa es analizada con mucho detalle por Sandín (2003), quien será referente en el desarrollo de este punto. Existe consenso en señalar que la investigación cualitativa se expandió a partir del ámbito de la evaluación, donde obtiene gran relevancia, como indica Tesch (1990).Por otra parte, algunos trabajos etnográficos alcanzaron al ámbito educativo, al publicarse en las revistas Educational Researcher y Review of Educational Research. Se instala en Londres, en 1970, el Centre for Applied Research in Education (CARE), desde el cual se impulsó el enfoque cualitativo de investigación en educación.Se desarrollan nuevos enfoques de investigación cualitativa, como la microetnografía o etnografía de comunicación y la fenomenografía y se iniciaron debates metodológicos entre los investigadores de orientación más cuantitativista y los que defendían una visión cualitativa.

Se producen importantes trabajos cualitativos en el ámbito de la educación, en la década de los setenta. Como indicadores del principio y el final de esta etapa, Denzin y Lincoln (1994), citados por Rodríguez Gómez y otros (1996), señalan dos obras de Geertz, The Interpretation of Cultures (1973) y Local Knowledge (1983). A través de estas obras, Geertz argumenta que los anteriores enfoques caracterizados por su carácter positivista, conductual y totalizador van dejando espacio a una perspectiva más pluralista, interpretativa y abierta que toma como punto de partida las representaciones culturales y sus significados. Para Geertz la tarea de la teoría es dar sentido a una situación concreta.

Se publican igualmente importantes trabajos relacionados con la etnografía en el ámbito educativo (Goetz y LeCompte, 1984). Son relevantes los trabajos de Burgess, relacionados con investigaciones de campo y los de Patton en el área de la difusión de la investigación cualitativa en el ámbito de la investigación evaluativa. En esta época (1986) nace lo que en la actualidad es el Qualitative Research Special Interest Group, que aglutina a todas aquellos investigadores que desean compartir sus trabajos y desarrollar el ámbito de la investigación cualitativa.

1.4 De 1985 en adelante: la doble crisis

Esta etapa, denominada también la del postmodernismo, se conoce sobre todo por la ruptura que se inicia con la aparición de determinados textos, que reivindicaban procesos de investigación más reflexivos y denunciaban ciertas cuestiones relacionadas con el género, la clase social y la raza. Rodríguez Gómez y otros (1996) citan en este contexto, las obras de Marcus y Fisher (1986), Anthropology as Cultural Critique; Turner y Bruner, 1986, The Anthropology of Experience; Clifford y Marcus, 1986, Writting Culture; Geertz, 1988, Works and Lives; Clifford, 1988, The Predicament of Culture. En este periodo y desde una consideración metodológica, la erosión de las normas clásicas de la antropología es total y aspectos como la validez, la fiabilidad y objetividad resultan ser problemáticos.

De estos autores hemos tomado la denominación de esta etapa histórica, pues según ellos, los investigadores sociales se enfrentan a una doble crisis de representación y legitimación. La primera cuestiona la posibilidad que tiene el investigador de aprehender de forma directa la realidad y experiencias de vida, y la segunda supone un replanteamiento de los tradicionales criterios de valoración de la investigación (validez, generalizabilidad, fiabilidad).

1.5 El momento actual de la investigación cualitativa en educación

No podemos dejar de reflejar la visión de la investigación cualitativa que en 1994 realizaban en su excelente obra Denzin y Lincoln (pág. 576), cita tomada de Rodríguez Gómez y otros (1996):

“La investigación cualitativa es un campo interdisciplinar, transdiciplinar y en muchas ocasiones contradisciplinar. Atraviesa las humanidades, las Ciencias Sociales y las físicas. La investigación cualitativa es muchas cosas al mismo tiempo. Es multiparadigmática en su enfoque. Los que la practican son sensibles al valor del enfoque multimetódico. Están sometidos a la perspectiva naturalista y a la comprensión interpretativa de la experiencia humana. Al mismo tiempo, el campo es inherentemente político y construido por múltiples posiciones éticas y política.

El investigador cualitativo se somete a una doble tensión simultáneamente. Por una parte, es atraído por una amplia sensibilidad, interpretativa, postmoderna, feminista y crítica. Por otra, puede serlo por unas concepciones más positivistas, postpositivas, humanistas y naturalistas de la experiencia humana y su análisis”. (pp.  31-32)

Sandín (2003) también revisa este periodo y nos señala que Denzin y Lincoln (2000), en trabajos posteriores ya hablan de una tercera crisis, derivada no sólo de cuáles deben ser los criterios de evaluación de los estudios cualitativos, sino sobre un cuestionamiento acerca de las derivaciones prácticas y sociales de éstos. Asimismo, estos autores hablan de un sexto momento en la historia de la investigación cualitativa, el momento actual, al que denominan “periodo post- experimental”, dentro del paradigma participativo o cooperativo (participatory/cooperative).

Igualmente se subraya que en este periodo aparece un importante movimiento de reivindicación de una investigación más activa, más participativa y crítica, que sustituye las grandes narrativas por la búsqueda de un conocimiento más contextual, que atienda a las situaciones particulares y responda a problemas locales específicos, contribuyendo al desarrollo de una sociedad democrática libre. Se demanda a la comunidad investigadora un ejercicio de reflexividad sobre las implicaciones éticas, sociales y políticas de la propia investigación.

La denominación de línea de investigación no presupone una focalización temática precisa, ya que el concepto no implica una determinada amplitud del campo temático. A título de ejemplo, la metodología cualitativa, de manera genérica, puede ser considerada como una línea de investigación, pero también se podría calificar como tal a los estudios sobre un aspecto específico de la metodología, de menor amplitud temática (estudio de caso, grupo focal, análisis de datos cualitativos)

Compartir

Noticias Relacionadas

El uso de la Inteligencia Artificial en el proceso de escritura académica nos coloca en un delicado equilibrio entre potencial enriquecedor e integridad. Al definir criterios éticos, salvaguardamos la originalidad y el valor de la contribución individual.
Las preguntas sobre qué se entiende por conocimiento científico, cómo generarlo y validarlo, así como su finalidad y utilidad, resultan claves en el desarrollo de la investigación en cualquier área. En el campo de las Ciencias Sociales y, particularmente, en el ámbito de la Educación, las respuestas a estas y otras cuestiones relacionadas con los aspectos ontológicos, epistemológicos y metodológicos de la investigación…
La investigación cualitativa se ha beneficiado de un enorme progreso en términos de métodos y técnicas con un uso intensivo de la tecnología. Las exigencias actuales del contexto en el que se produce la investigación obligan cada vez más a los investigadores a dotarse de herramientas digitales que aporten agilidad y eficiencia en sus procesos de investigación.